La radiculopatía afecta a multitud de personas. Al ser una dolencia que puede atacar a toda la espalda y zona de la columna, son muchos los trabajadores que tienen esta sintomatología. Se trata de un trastorno de la salud en el cual hay daño o enfermedad en un nervio raquídeo (nervio que sale de la columna vertebral) que causa dolor, debilidad, entumecimiento y alteraciones sensoriales en una o más extremidades.
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La causa más común de radiculopatía crónica es la degeneración de la columna vertebral, a menudo debido a la osteoartritis, pero también puede ser causada por una hernia de disco, tumores, infecciones, traumatismos, etc. Existen dos tipos de radiculopatía:
En ciertos casos, como vamos a ver, puede ser objeto de una incapacidad permanente, como parte de una serie de síntomas que conformen una enfermedad grave.
Se clasifica en diferentes grados según la gravedad de los síntomas y el compromiso nervioso. Aunque las clasificaciones pueden variar, generalmente se utilizan tres grados principales para describir la radiculopatía lumbar, que son grado I o leve, grado II o moderado, y grado III o severo:
La operación es una decisión difícil y se realiza cuando falla la respuesta al tratamiento conservador (mediante terapia física, mediación, inyecciones de corticosteroides, y rehabilitación). Si los síntomas no mejoran, o si hay una pérdida significativa de la fuerza muscular, puede considerarse la cirugía.
La radiculopatía crónica, caracterizada por dolor, entumecimiento o debilidad en las extremidades debido a la compresión de raíces nerviosas, puede limitar significativamente la capacidad laboral de quienes la padecen. A continuación, se detallan los grados de incapacidad laboral asociados.
Cuando la radiculopatía crónica reduce al menos un 33% la capacidad para desempeñar el trabajo habitual, se puede otorgar este grado. Aunque permite seguir trabajando, reconoce las dificultades causadas por la enfermedad.
En los casos más graves, la radiculopatía crónica puede imposibilitar la realización del trabajo habitual del afectado, ya sea por dolor constante, pérdida de fuerza o limitaciones funcionales significativas. En este grado, es necesario buscar otro tipo de empleo más adecuado.
Para personas mayores de 55 años con radiculopatía crónica, este grado contempla un aumento del 20% en la prestación, considerando la dificultad añadida de reintegrarse al mercado laboral debido a su edad y condición.
Si la radiculopatía crónica afecta de manera severa las actividades básicas, impidiendo cualquier tipo de actividad laboral, se otorga este grado. Refleja la imposibilidad total de trabajar por el impacto debilitante de la enfermedad.
En casos extremos, la radiculopatía crónica puede requerir la asistencia constante de terceros para actividades esenciales, como vestirse o asearse. Este grado reconoce la pérdida total de autonomía y las necesidades de apoyo constante.
Cuando se solicita una incapacidad permanente, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) tiene hasta 135 días para responder. Si no da una respuesta en ese tiempo, se entiende que la solicitud ha sido rechazada automáticamente, lo que se llama “silencio administrativo”.
En este caso, la persona tiene 30 días hábiles para presentar una reclamación previa, pidiendo al INSS que revise su decisión. Si esta reclamación también es rechazada, hay otros 30 días hábiles para presentar una demanda judicial ante los Juzgados de lo Social.
La radiculopatía crónica es una afección que afecta a los nervios de la columna vertebral, lo que puede generar dolor, debilidad y pérdida de movilidad. Su impacto en el trabajo puede ser significativo, afectando la capacidad para realizar actividades laborales que requieran esfuerzo físico.
En la evaluación funcional, se analiza cómo la radiculopatía limita las actividades cotidianas y laborales del trabajador. Se estudian las alteraciones neurológicas y la capacidad de realizar movimientos o mantener posturas prolongadas. Estos factores son fundamentales para determinar el grado de incapacidad.
El Tribunal Médico es el encargado de evaluar la situación del trabajador en función de la radiculopatía. Este organismo revisa los informes médicos y evalúa cómo la afección afecta al desempeño laboral, determinando el grado de incapacidad y la viabilidad de la solicitud.
La baja laboral por radiculopatía crónica se concede cuando el trabajador no puede desempeñar su trabajo debido al dolor o la debilidad causada por la afección. La duración de la baja dependerá de la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.
Para gestionar adecuadamente el proceso de solicitud de incapacidad, se recomienda realizar un seguimiento constante del estado de salud del trabajador, mantener registros detallados de las visitas médicas y tratamientos, y buscar la asesoría legal adecuada para garantizar la correcta tramitación.
La documentación que debe presentarse incluye informes médicos detallados sobre el diagnóstico de la radiculopatía, estudios de imagen, informes de tratamientos y cualquier otra evidencia que demuestre cómo la afección interfiere con las capacidades laborales del trabajador.
Contar con abogados especializados en incapacidades es crucial para gestionar el proceso de solicitud de incapacidad por radiculopatía. Los abogados guiarán al trabajador durante todo el proceso, asegurando que se presenten los documentos adecuados y se defiendan sus derechos.
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En casos previos de incapacidad laboral por radiculopatía crónica, hemos logrado el éxito al demostrar cómo la condición afecta gravemente la capacidad del trabajador para realizar su labor. Estos casos refuerzan nuestra experiencia y capacidad para obtener resultados positivos.
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