El desprendimiento de retina es una afección ocular grave en la que la retina se separa de su posición normal en la parte posterior del ojo. Esto puede llevar a la pérdida parcial o total de la visión en el ojo afectado. Ocurre cuando la retina, una capa delgada de tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo, se despega de su soporte subyacente.
El desprendimiento de retina puede tener un impacto significativo en la capacidad laboral de una persona, dependiendo de la severidad de la afección y de la rapidez con la que se trate. En los peores casos, cuando las medidas terapéuticas se consideran agotadas al no existir posibilidad de mejorar la pérdida de agudeza o campo visual, es viable la incapacidad permanente.
Contamos con un equipo de abogados especializados en incapacidades.La gravedad del desprendimiento de retina puede tener un impacto significativo en la capacidad laboral, reflejándose en diferentes grados de incapacidad. A continuación, exploramos cómo estas categorías determinan el alcance de las limitaciones laborales y cotidianas:
Si el desprendimiento de retina limita la visión, pero no impide por completo la capacidad de trabajar, se clasifica como incapacidad parcial. Aunque la agudeza visual y el campo visual están afectados, la persona puede realizar algunas tareas laborales con ajustes adecuados. Sin embargo, problemas como la visión borrosa o la dificultad para enfocar pueden reducir significativamente el rendimiento en al menos un 33%.
En casos severos de desprendimiento de retina, donde la capacidad de realizar cualquier tipo de trabajo se ve gravemente comprometida, se considera una incapacidad permanente total. Aquí, la visión se deteriora tanto que el individuo no puede llevar a cabo su empleo habitual. Sí podría trabajar en otro empleo con otras exigencias.
La incapacidad permanente total cualificada reconoce una disminución significativa en la capacidad laboral, agravada por la edad y las secuelas del desprendimiento de retina, de la misma manera que la total. Esta categoría refleja las dificultades adicionales que enfrentan en la búsqueda de empleo o en la adaptación a nuevas tareas laborales.
La incapacidad permanente absoluta se da cuando los efectos del desprendimiento de retina son tan grandes que impiden desempeñarse en cualquier empleo. La pérdida de visión resulta en una incapacidad total para mantener cualquier ocupación.
La gran invalidez se aplica a quienes, debido al desprendimiento de retina, requieren asistencia continua para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria. Esta condición limita de manera extrema la independencia del individuo, requiriendo apoyo constante para realizar tareas cotidianas.
El proceso para solicitar una incapacidad por desprendimiento de retina sigue una serie de pasos fundamentales:
La Seguridad Social dispone de hasta 135 días para emitir una decisión sobre la incapacidad permanente. Si no se recibe respuesta dentro de este plazo, la solicitud se considera rechazada por silencio administrativo.
Una vez recibida la resolución, el solicitante tiene 30 días laborables para presentar una reclamación previa si no está conforme. Si la reclamación es denegada, se dispone de un plazo de 30 días hábiles, desde la notificación del rechazo, para iniciar un procedimiento judicial en los tribunales, o tras 45 días hábiles desde presentar la reclamación sin recibir contestación.
El proceso de evaluación del desprendimiento de retina implica una revisión detallada de la documentación médica del paciente. Se examinan pruebas específicas como estudios de imagen y evaluaciones oftalmológicas. El tribunal considera cómo síntomas como la pérdida de visión y la reducción del campo visual afectan la capacidad del individuo para su trabajo.
La evaluación funcional para determinar la incapacidad por desprendimiento de retina abarca un examen exhaustivo del historial médico del paciente junto con pruebas visuales detalladas. Se realizan análisis de la agudeza y el campo visual, así como de la capacidad del paciente para llevar a cabo actividades diarias.
Además, se considera el impacto psicológico de la condición y su efecto en el rendimiento laboral. La evaluación final del grado de incapacidad se basa en estos factores combinados.
El equipo médico especializado revisa el historial del paciente, incluyendo el diagnóstico de desprendimiento de retina, antecedentes médicos, y tratamientos previos. Se analiza la severidad de los síntomas visuales y su impacto en las actividades diarias y laborales. El enfoque principal es evaluar cómo esta condición afecta la capacidad del paciente para desempeñar sus funciones en el trabajo.
Las bajas laborales por desprendimiento de retina se presentan cuando la gravedad de la afección compromete seriamente la visión del trabajador, afectando su capacidad para desempeñar sus funciones laborales de manera efectiva. Este tipo de baja se justifica debido a la naturaleza crítica de la pérdida visual, que puede interferir con tareas esenciales y la seguridad en el entorno laboral.
La duración de la baja laboral por desprendimiento de retina varía en función de la severidad de la condición ocular y de la respuesta del paciente al tratamiento. En general, el tiempo de baja puede oscilar entre varias semanas y varios meses. El primer período de baja suele ser más largo, durante el cual se realiza la intervención quirúrgica necesaria y el paciente sigue un régimen de reposo y observación inicial.
Para solicitar una incapacidad por desprendimiento de retina, es crucial recopilar una documentación médica exhaustiva que demuestre la gravedad de la condición y su impacto en la capacidad laboral. A continuación, te ofrecemos algunas recomendaciones clave.
Lo primero es contar con documentación médica detallada al solicitar incapacidad por desprendimiento de retina. Así, son relevantes informes oftalmológicos actualizados, resultados de estudios de imagen y pruebas de visión. Además, es importante documentar cómo el desprendimiento de retina afecta las actividades diarias y el rendimiento laboral, así como cualquier historial de tratamientos y cambios en la visión.
Para caminar sobre terreno seguro, la mejor opción es hacerlo de la mano de un abogado de incapacidades, que te guiará a través de los requisitos específicos, te ayudará a preparar la documentación necesaria y te representará durante el juicio.
En este apartado ofrecemos auténticos casos reales en los que hemos obtenido el éxito. Estos supuestos son buenos ejemplos de cómo el desprendimiento de retina u otras patologías similares impiden a los trabajadores llevar a cabo sus responsabilidades.
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