¿Estás en una situación laboral insostenible y te planteas forzar tu despido para acceder a la indemnización y al paro?

 

Aunque no existe una fórmula mágica, hay vías legales y estrategias que pueden facilitar ese desenlace sin renunciar a tus derechos.

 

En esta guía te explicamos qué debes tener en cuenta, cómo protegerte y de qué forma actuar para que, si finalmente te despiden, puedas cobrar lo que te corresponde con garantías.

 

Consideraciones legales y riesgos

Buscar un despido de forma intencionada no es ilegal, pero sí requiere un profundo conocimiento de tus derechos para evitar errores.

 

Si no se actúa con cautela, podrías perder el derecho a una indemnización, al subsidio por desempleo o quedar en una situación procesal débil si acabas en juicio.

 

Además, hay aspectos como la prescripción de las reclamaciones o la forma en que se documentan los hechos que pueden marcar la diferencia entre un despido improcedente y una salida sin compensación alguna.

 

Antes de dar ningún paso, conviene tener clara la línea entre una estrategia legítima y una actuación que pueda volverse en tu contra.

 

Documenta incumplimientos graves de la empresa

Una de las claves para preparar el terreno es reunir pruebas sólidas de comportamientos empresariales que vulneren tus derechos.

 

No hablamos solo de impagos de nóminas, sino también de situaciones de acoso, cambios sustanciales no justificados o jornadas abusivas.

 

Cuanta más documentación tengas, mejor: correos electrónicos, capturas de registros de jornada, testimonios de compañeros…

 

Todo ello puede ayudarte a sostener una reclamación o a presionar para una salida pactada.

 

Eso sí, si decides elevar una queja interna, hazlo con discreción y sin poner en riesgo tu posición, ya que podrías enfrentarte a represalias si la empresa percibe que buscas forzar una salida.

 

Reclama a través de canales formales 

Si la empresa está incumpliendo sus obligaciones o has decidido forzar una salida con respaldo legal, existen mecanismos formales que puedes utilizar para dejar constancia y ejercer presión de forma legítima. 

  • Papeleta de conciliación previa (SMAC): es el primer paso obligatorio antes de presentar una demanda por despido o reclamación de cantidades. Permite abrir una vía de negociación directa con la empresa.
  • Inspección de Trabajo: puedes presentar una denuncia si detectas irregularidades graves (impagos, exceso de jornada, condiciones precarias…). La actuación de la Inspección puede derivar en sanciones y en ocasiones empuja a la empresa a tomar decisiones drásticas.
  • Qué espera la empresa tras estas reclamaciones: muchas compañías, ante una reclamación formal, prefieren llegar a un acuerdo económico antes que arriesgarse a una sentencia desfavorable. Aprovechar esta predisposición puede facilitar una salida pactada y con indemnización.

 

Incumplimiento que justifique el despido

Otra estrategia consiste en forzar, sin vulnerar la legalidad, una situación que obligue a la empresa a despedirte. Algunas de las formas más comunes incluyen:

  •  Impago reiterado de salarios, que constituye causa justificada para extinguir la relación laboral con indemnización.
  • Reducciones arbitrarias de jornada, cambios de puesto o traslados no justificados, que pueden calificarse como modificación sustancial de condiciones.
  • Acuerdo entre ambas partes para simular una causa objetiva, cuando la empresa no puede mantener tu puesto y acepta indemnizarte conforme a ley.

Este enfoque requiere prudencia, asesoramiento y una estrategia clara. El objetivo no es sabotear, sino generar una situación que haga insostenible la relación laboral para la empresa sin perder tus derechos.

Negocia un despido pactado con indemnización

En muchas ocasiones, lo más eficaz es plantear abiertamente a la empresa un acuerdo de extinción del contrato con indemnización. Para ello, conviene presentar la propuesta como una solución razonable que evite conflictos, trámites judiciales y tensiones internas.

 

La clave está en negociar con conocimiento: proponiendo una indemnización acorde al tiempo trabajado, asegurando la inclusión del finiquito completo y dejando constancia por escrito de todas las condiciones pactadas.

 

Este tipo de salida, además de darte acceso al paro, puede ser mucho más ventajosa que una baja voluntaria o una excedencia, donde no tendrías ni indemnización ni prestaciones.

Acto de conciliación y reclamación judicial

Antes de acudir a juicio, es obligatorio intentar una conciliación previa. Este acto no es un mero trámite: puede ser decisivo para alcanzar un acuerdo sin necesidad de pasar por el juzgado.

 

Contar con asesoramiento legal en esta fase es clave para valorar las opciones y defender tu posición desde el primer momento. Si no hay acuerdo, el siguiente paso es la demanda judicial, que debe presentarse en un plazo de 20 días hábiles desde la fecha de despido.

 

En juicio, será fundamental demostrar que el despido fue improcedente, especialmente en lo relativo a la carga de la prueba.

 

Tras el despido, la empresa debe abonar el finiquito, que incluye el salario pendiente, las vacaciones no disfrutadas y otros conceptos devengados.

 

La indemnización, por su parte, dependerá del tipo de despido: en los objetivos, corresponde una cantidad fija por año trabajado; en los improcedentes, se amplía.

 

Además, siempre que hayas cotizado el tiempo suficiente, puedes solicitar la prestación por desempleo, aunque en casos de readmisión tras impugnación, esta se suspende automáticamente.

 

Buenas prácticas y recomendaciones

Forzar una situación de despido exige prudencia. No es un camino exento de riesgos, por lo que conviene estar bien asesorado y actuar con estrategia. A continuación, resumimos algunas pautas clave para hacerlo con mayor seguridad:

Recomendación 

Motivo 

Mantén actualizada toda la documentación laboral 

Será tu respaldo ante posibles reclamaciones 

Consulta tus pasos con un abogado laboralista especializado 

Te orientará sobre el momento y la vía más adecuada 

No firmes documentos sin haberlos revisado 

Podrías estar renunciando a derechos sin saberlo 

Valora los riesgos de tu decisión 

No siempre compensa forzar un despido si hay alternativas más favorables 

 

Preguntas frecuentes

¿Perderé el derecho al paro si provocan mi despido?

No, siempre que no presentes una baja voluntaria ni firmes un acuerdo que simule un despido.

 

¿Puedo reclamar más de tres años atrás?

Dependerá del concepto. En materia salarial, el plazo general es de un año; para otros derechos laborales, puede ser más amplio.

 

¿Qué indemnización mínima me corresponde?

Si se declara la improcedencia, te corresponden 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades.

 

¿Cómo afecta un despido pactado a mi historial laboral?

No perjudica tu expediente. De hecho, si se formaliza correctamente, tendrás derecho a paro y todos los conceptos acordados quedarán por escrito.

 

Conclusión

Forzar un despido para acceder a la indemnización y al paro no es una decisión menor ni un proceso exento de riesgos.

 

Con el asesoramiento adecuado, una estrategia bien planteada y actuando siempre dentro de la legalidad, es posible proteger tus derechos y alcanzar una salida justa.

 

Si estás valorando esta opción, consulta con un abogado laboralista antes de dar el primer paso.