No es algo habitual, pero puede ocurrir: las mentiras en las cartas de despido. Ser despedido es algo indeseado, pero es peor aún cuando la carta está llena de falsedades sobre el desempeño y conducta. Esta práctica, aunque poco común, es más real de lo que quisiéramos admitir y tiene consecuencias para los empleados. Pueden dejar cicatrices profundas en la vida profesional y personal de quienes las reciben. A continuación vemos el contexto de esta situación, y cómo hacerle frente.

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Antes de nada: ¿Qué es una carta de despido?

Una carta de despido es un documento oficial emitido por un empleador para notificar a un empleado sobre la terminación de su contrato laboral. Esta carta es esencial en el proceso de despido, ya que formaliza y comunica de manera escrita la decisión de finalizar la relación laboral. Su propósito principal es informar al empleado de su despido, explicando las razones y condiciones bajo las cuales se está llevando a cabo esta acción.

Tipos de mentiras en la carta de despido

  • Desempeño o conducta del empleado. Incluir información falsa o exagerada sobre el rendimiento laboral del empleado, como afirmar que no cumplió con metas o cometió errores graves que no son verídicos.
  • Historial laboral o antecedentes del empleado. Falsificar o tergiversar detalles sobre el historial laboral del empleado, como malinterpretar su experiencia previa o exagerar incidentes pasados para justificar el despido.
  • Política de la empresa. Distorsionar las políticas internas de la empresa para encajar con las razones del despido, como atribuir al empleado conductas que van en contra de las normativas.
  • Responsabilidades del trabajador. Introducir declaraciones falsas para proteger a la empresa, como afirmar que se proporcionó un debido proceso cuando no fue así.
  • Mentiras para dañar la reputación. Exponer información difamatoria o maliciosa en la carta de despido con la intención de perjudicar la reputación profesional o personal del empleado, como acusaciones infundadas de conducta inapropiada.
  • Infracciones inexistentes. Acusaciones de infracciones laborales que no ocurrieron, como afirmar que el empleado cometió faltas graves o violó políticas de la empresa sin evidencia real de tales acciones.
  • Reestructuración ficticia. Alegar una reorganización o reestructuración en la empresa que no es real, como una razón para el despido cuando no hay cambios significativos en la organización o el departamento del empleado.

Despido disciplinario por falsas acusaciones

Con el fin de no pagar indemnización, algunos empresarios realizan una falsa acusación que pretende justificar un despido disciplinario. Esta práctica no solo afecta la integridad del proceso de despido, sino que también puede tener serias repercusiones legales y personales para el empleado.

Al presentar alegaciones infundadas de mala conducta o incumplimiento de normativas laborales, los empleadores intentan evitar responsabilidades económicas. Esto perjudica la reputación profesional del empleado, y normalmente lleva a un proceso judicial.

¿Qué pasa si me despiden con mentiras?

Si se verifica que el despido se fundamentó en acusaciones infundadas, existe la posibilidad de que sea considerado improcedente o nulo. Esto podría resultar en la reintegración en el puesto de trabajo o en el otorgamiento de una compensación económica. Además, en casos graves, podría considerarse la posibilidad de iniciar acciones penales por falsa acusación.

Como defenderse de acusaciones falsas en el trabajo

Para demostrar que las afirmaciones de la carta de despido son falsas, hay que recopilar evidencias que respalden la versión del empleado. Estas pruebas deben acreditar de manera clara y contundente aspectos como el historial laboral, el cumplimiento de las políticas de empresa, el rendimiento o la buena fe del empleado.

Para ello, hay que conseguir pruebas, como las siguientes:

  • Testimonios y declaraciones de compañeros
  • Correspondencia
  • Correos electrónicos
  • Registros de reuniones
  • Evaluaciones de desempeño
  • Documentación oficial de la empresa
  • Mensajes
  • WhatsApps
  • Grabaciones

En definitiva, cualquier justificación que acredite la falsedad de la carta de despido. No hay que olvidarse que el plazo es corto para impugnar, solamente 20 días hábiles, por lo que hay que ser ágil y contactar con un abogado de despidos lo antes posible.

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