Es una deformación o falta de continuidad del hueso llamado esternón, situado en la zona torácica del cuerpo, y que es palpable a lo largo de toda su longitud. Su funcionalidad es la protección de las vísceras torácicas.
La tasa de mortalidad asociada a las fracturas de esternón es del 25 al 45%, en gran parte por las lesiones subyacentes, sobre todo las relativas al pulmón y al corazón.
Las fracturas de esternón suelen producirse por aplastamiento, mediante una compresión traumática de la pared torácica. Antiguamente, al no tener los vehículos airbag, o el conductor no estar sujetos con el cinturón de seguridad, dicha compresión se realizaba mediante el impacto del conductor con el volante, produciéndose la fractura.
En la actualidad, al haber evolucionado los vehículos, esa casuística ha desaparecido prácticamente, siendo posible que otros pasajeros del vehículo, o bien un motorista con su propio manillar, lo sufran.
La consecuencia básica y que causa ese porcentaje tan alto de mortalidad es la afectación a las vísceras torácicas, entre las que se incluyen dos órganos principales, el corazón y los pulmones.
Además, estas fracturas suelen ser conminutas, produciéndose una fragmentación múltiple de la estructura ósea, siendo frecuente que deriven en infecciones en el foco de la fractura, debiendo ser tratadas antes de que afecten a la unión ósea, cuya reparación puede verse complicada si no se realiza el tratamiento a tiempo.
Las lesiones derivadas de esta fractura pueden ser realmente graves, como una rotura cardíaca, un derrame pleural, un hemotorax, una contusión de miocardio, entre otras.
Además, debido a la complejidad de la fractura, podemos encontrarnos con complicaciones si tenemos concentraciones inadecuadas de calcio o fósforo, deficiencias vitamínicas, diabetes o diversas patologías de afectación múltiple.
Es una fractura que suele conllevar deformidad osea, y provoca sensaciones de dolor, tumefacción, deformación, inestabilidad, siendo indispensable realizar una radiografía para su diagnóstico inicial y una resonancia magnética para poder definir la lesión como aguda (reciente) y facilitar la reclamación.
Una fractura de esternón es una lesión muy compleja, y el estudio de cada caso de forma pormenorizada es la única manera de garantizar la máxima indemnización posible.
Ahora bien, a grandes rasgos, nos remitiremos al contenido del baremo de accidentes, recogido en la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, de reforma del sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación.
En ese cuerpo legal, nos estructuran una reclamación como esta en tres apartados:
El primero de ellos, las secuelas y perjuicio estético. Entenderemos por secuelas del daño corporal irreversible sufridos por la víctima y que pueden individualizarse.
La ley, para el caso de fracturas de esternón, separa la tipología de las lesiones, según sean traumáticas o secundarias derivadas del trauma.
En cuanto a las secuelas por lesiones traumáticas, separa las fracturas de esternón sin complicaciones y las asociadas a fracturas costales múltiples, a las que otorga una horquilla de 1 a 6 puntos.
Posteriormente señala las secuelas de luxación esterno clavicular y/o fracturas mal consolidadas con defecto funcional y dolor, con una horquilla de 1 a 5 puntos.
Y en cuanto a las lesiones derivadas, recoge el infarto de miocardio postraumático sin insuficiencia cardíaca, derivado de traumatismo toraco – esternal, con una horquilla de 10 a 20 puntos de secuelas. Si hubiera insuficiencia cardíaca o cualquier otra complicación que revistiera entidad de secuela por sí misma, acudiríamos a ella para calcular el puntaje correcto.
Y si nos encontráramos con limitaciones funcionales tendríamos que estudiar el apartado de daño moral por pérdida de calidad de vida, normalmente parejo a secuelas impeditivas.
En última instancia, en este primer apartado, encontramos el perjuicio estético, que supondría una indemnización por las secuelas estéticas, tanto visuales como relacionales, que deriven de la fractura de esternón, que como hemos anticipado, suele producir una consolidación deforme.
El segundo apartado indemnizatorio es el de los días de baja, que se contabilizan desde el accidente hasta la consolidación de la lesión y alta médica, y que dependiendo de si durante ese periodo hemos estado muy limitados, o no, o al principio muy limitados pero luego mucho menor, tendremos que aplicar los 4 niveles que el baremo ofrece, básico, moderado, grave y muy grave, con unos valores que oscilan entre los 30 euros a los 100 euros.
Y el último grupo, es el del perjuicio patrimonial, que clasificará esos daños económicos en dos grupos, el daño emergente, que engloba todo lo que nos ha costado y lo que nos costará la lesión producida, y el lucro cesante, que es todo aquello que hemos dejado de ingresar (normalmente relacionado con el puesto de trabajo) por la lesión y todo aquello que dejaremos de ingresar, en caso de vernos incapacitados de forma permanente.
La fractura de esternón es una fractura altamente complicada, que puede derivar en secuelas y daños muy distintos, que merecen un estudio concreto del caso para poder evaluar la entidad de los mismos.
Únicamente un despacho de abogados accidentes de tráfico puede asegurarle la máxima indemnización, pues la herramienta que nos da el legislador, el baremo de accidentes, es compleja, profusa y requiere de un especialista para distinguir todas las partidas que pueden conformar su indemnización.
No poder en manos de un especialista su caso, puede suponer perder cantidades de dinero muy importantes, más aun en casos de la complejidad de una fractura de esternón y sus posibles complicaciones posteriores.
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Los daños físicos y psíquicos causados por un accidente de tráfico pueden ser variados tanto en gravedad como en recuperación médica, factores éstos últimos determinantes en la cuantificación de la indemnización a reclamar por el accidente de tráfico sufrido. Por eso existe una tabla, para dotar de objetividad a estos asuntos: se trata del baremo. En él, según el daño corporal, se obtiene una cuantía de indemnización. Se valoran también la muerte, las lesiones temporales y el perjuicio estético. Se usa, asimismo, cuando ha habido un accidente laboral, aunque eso corresponde a otro ámbito. Cuando una persona sufre un accidente de tráfico precisa en muchas ocasiones de un tiempo de recuperación, motivo por el cual se encuentra en situación de incapacidad temporal derivada de accidente no laboral o accidente de trabajo. Transcurrido este período de incapacidad temporal y según el alcance de las secuelas, la víctima del accidente de tráfico necesita ser reconocido en situación de incapacidad permanente total, absoluta, gran invalidez o parcial. La solicitud de las prestaciones o pensiones derivadas de un accidente de tráfico son un trámite que requiere la asesoría de profesionales del derecho que le acompañen en todo el proceso que sigue a una lesión por un siniestro. Todo ello será debidamente analizado y valorado por nuestros abogados especialistas en incapacidad permanente, quienes le asesorarán y tramitarán la incapacidad permanente a la que tenga derecho. Todos en algún momento hemos contratado de manera directa o indirecta, seguros de vida, seguros por incapacidad permanente, seguros de vida hipotecarios, seguros derivados de convenios colectivos; así como hemos tenido asociados a tarjetas de crédito que también contemplan indemnizaciones por accidentes de tráfico. Por dicho motivo, es imprescindible saber qué seguros de vida y de incapacidad permanente tenemos suscritos, el clausulado de los mismos (condiciones generales y condiciones particulares) para de este modo llevar a cabo la reclamación de dichos seguros. Una persona que sufre un accidente de tráfico puede ser víctima, bien sea conduciendo un coche, moto, bicicleta o patinete eléctrico; o bien, no estar conduciendo y se víctima de un atropello. Cada circunstancia determinará lesiones, secuelas e indemnizaciones derivadas del accidente de tráfico. Las consecuencias de un accidente de tráfico pueden llegar a ser importantes y determinar la vida de la víctima que lo sufre. Para ello, las leyes han contemplado una serie de ayudas orientadas a mejorar la calidad de vida tanto de quienes han sufrido un accidente como de los familiares que deben hacerse cargo de sus cuidados. Nuestro equipo de abogados especializados os orientará legalmente a fin de acceder a estas ayudas. Nuestra experiencia es nuestra fortaleza. Adéntrate en algunos de los casos que hemos llevadode manera exitosa.Infórmese de otros servicios que ofrece nuestro despacho
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