Es una fractura ósea que supone la pérdida de continuidad entre los arcos costales (o costillas). Es una lesión traumática, la más frecuente de la zona del tórax, y generalmente se produce entre la 3ª y 9ª costilla.
Cuando nos fracturamos más de tres costillas, pueden presentarse signos de complicaciones, siendo que si sufrimos una lesión que genere una fractura de más de 6 costillas, la mortalidad por complicaciones puede alcanzar el 15%.
Es una fractura ósea que supone la pérdida de continuidad entre los arcos costales (o costillas). Es una lesión traumática, la más frecuente de la zona del tórax, y generalmente se produce entre la 3ª y 9ª costilla.
Cuando nos fracturamos más de tres costillas, pueden presentarse signos de complicaciones, siendo que si sufrimos una lesión que genere una fractura de más de 6 costillas, la mortalidad por complicaciones puede alcanzar el 15%.
Las fracturas costales se producen en impactos de alta intensidad, por cuanto es una de las zonas más duras y mejor preparadas para un impacto de nuestro cuerpo, por cuanto su funcionalidad es la protección orgánica. En ese sentido, un impacto muy fuerte con nuestro coche, que provoque una presión tal del cinturón de seguridad que fracture una o varias costillas sería el caso más frecuente de un conductor de coche.
En la motocicleta, sin embargo, la situación más frecuente se da cuando tras un impacto frontal, la víctima se clava el manillar en las costillas, fracturándolas. El mismo supuesto concurriría para un ciclista. Y, por último, en caso de un peatón, si recibiera un impacto directo en esa área podría sufrir una fractura costal.
Como hemos anticipado, el problema de las fracturas costales es que protegen nuestra estructura orgánica, siendo que, en caso de fracturarse, pueden afectar a los órganos que están destinadas a proteger.
El caso más grave sería el de tórax inestable, que sucedería cuando varias costillas se fracturan, en varios focos distintos, complicándonos gravemente la respiración por cuanto los espacios con costillas alteradas no pueden seguir el ritmo de las zonas sanas, haciéndonos respirar mal y disminuyendo el oxígeno en sangre.
Podemos encontrar un traumatismo pulmonar, cuando los fragmentos óseos de la fractura afecten al pulmón, lacerándolo, necesitando de cirugía urgente.
Además, podría generar un neumotórax traumático, muy común en los accidentes con choques frontales, cuando se ve afectada la cavidad pleural que recubre los pulmones, y si únicamente entra aire y no puede retornar, es necesario drenar la zona urgentemente con riesgo de mortalidad en caso contrario.
El mismo caso puede producir un hemotórax, cuando sucede una hemorragia interna por la lesión de un vaso sanguíneo o una laceración del corazón, llenando la cavidad pleural de sangre, imposibilitando la ventilación pulmonar. SI es masivo, pone en riesgo la vida de la víctima.
Por último, como consecuencia destacada, podemos señalar lesiones de corazón, traumatismos cardíacos, lesiones en hígado, bazo, diafragma y neumonías.
La herramienta de cálculo es la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, de reforma del sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación. Dicha Ley conocida como el baremo de accidentes, regula en más de 500 páginas llenas de tablas y fórmulas aritméticas, la base de cálculo para conseguir nuestra indemnización por fractura de costilla.
Las secuelas por fractura de costillas sin complicaciones van de 1 a 6 puntos, por cuanto la recuperación es teóricamente sencilla. Sin embargo, las complicaciones derivadas de la afectación de fragmentos sobre el sistema orgánico producirían secuelas mucho más graves que deberían ser estudiadas caso por caso. Hemos de poner dicha puntuación en relación con la edad de la víctima para conseguir la cifra indemnizatoria por este concepto.
Después calcularemos los días de baja, desde el accidente hasta la estabilización de nuestras lesiones, teniendo en cuenta para su clasificación y posterior reclamación, el nivel de intensidad de nuestras limitaciones funcionales.
Si nos vemos impedidos para llevar a cabo nuestras actividades de desarrollo personal, como el trabajo, el ocio o deporte, la indemnización será de una cantidad, y si afecta además a nuestras actividades básicas de la vida diaria, como el comer, dormir, cambiarnos, etc., entonces solicitaremos una indemnización superior en este concepto.
Por último, estudiaremos el dinero que nos ha costado y que a futuro nos costará esta lesión, empezando por las cantidades que hemos dejado de percibir, en nuestro trabajo en concepto de bonus por rendimiento, por ejemplo, o si nos han despedido, si hemos tenido que cerrar un proyecto en el que habíamos invertido, o muchas otras situaciones que deben de ser estudiadas caso por caso.
Del mismo modo, gastos clínicos, medicinas, rehabilitación, sesiones de traumatología , entre otros, todo ello es reclamable.
Por último, destacar que, en caso de que haya afectación orgánica pareja a la fractura de costillas, la situación es muy distinta, ampliando no sólo las cantidades por los conceptos anteriores, sino añadiendo nuevos conceptos, en base a la gravedad de las consecuencias.
La fractura de costillas es una lesión muy particular, cada caso es único y tiene unas consecuencias distintas, que son imposibles de resumir en un espacio como este.
Esperando que la información les haya sido de utilidad, les invitamos a venir a preguntarnos cuantas dudas puedan tener y a informarse sin compromiso, será un placer recibirles y orientarles sobre cómo actuar.
Es indispensable que pongan en manos de un despacho de abogados accidentes de tráfico en casos de fracturas su caso si aspiran a la mayor indemnización posible, por cuanto son muchas las partidas y su cálculo muy concreto. Si no tienen experiencia en el cálculo de indemnizaciones de tráfico, o si ponen en manos de un profesional que no se dedique a este campo, ponen en riesgo la viabilidad de su reclamación.
No lo duden, pidan cita con nosotros, la primera visita es gratuita, y nosotros no cobramos hasta que usted no cobra, son más de 40 años de experiencia en reclamaciones de accidentes de tráfico las que nos avalan, venga a conocernos.
Los daños físicos y psíquicos causados por un accidente de tráfico pueden ser variados tanto en gravedad como en recuperación médica, factores éstos últimos determinantes en la cuantificación de la indemnización a reclamar por el accidente de tráfico sufrido. Por eso existe una tabla, para dotar de objetividad a estos asuntos: se trata del baremo. En él, según el daño corporal, se obtiene una cuantía de indemnización. Se valoran también la muerte, las lesiones temporales y el perjuicio estético. Se usa, asimismo, cuando ha habido un accidente laboral, aunque eso corresponde a otro ámbito. Cuando una persona sufre un accidente de tráfico precisa en muchas ocasiones de un tiempo de recuperación, motivo por el cual se encuentra en situación de incapacidad temporal derivada de accidente no laboral o accidente de trabajo. Transcurrido este período de incapacidad temporal y según el alcance de las secuelas, la víctima del accidente de tráfico necesita ser reconocido en situación de incapacidad permanente total, absoluta, gran invalidez o parcial. La solicitud de las prestaciones o pensiones derivadas de un accidente de tráfico son un trámite que requiere la asesoría de profesionales del derecho que le acompañen en todo el proceso que sigue a una lesión por un siniestro. Todo ello será debidamente analizado y valorado por nuestros abogados especialistas en incapacidad permanente, quienes le asesorarán y tramitarán la incapacidad permanente a la que tenga derecho. Todos en algún momento hemos contratado de manera directa o indirecta, seguros de vida, seguros por incapacidad permanente, seguros de vida hipotecarios, seguros derivados de convenios colectivos; así como hemos tenido asociados a tarjetas de crédito que también contemplan indemnizaciones por accidentes de tráfico. Por dicho motivo, es imprescindible saber qué seguros de vida y de incapacidad permanente tenemos suscritos, el clausulado de los mismos (condiciones generales y condiciones particulares) para de este modo llevar a cabo la reclamación de dichos seguros. Una persona que sufre un accidente de tráfico puede ser víctima, bien sea conduciendo un coche, moto, bicicleta o patinete eléctrico; o bien, no estar conduciendo y se víctima de un atropello. Cada circunstancia determinará lesiones, secuelas e indemnizaciones derivadas del accidente de tráfico. Las consecuencias de un accidente de tráfico pueden llegar a ser importantes y determinar la vida de la víctima que lo sufre. Para ello, las leyes han contemplado una serie de ayudas orientadas a mejorar la calidad de vida tanto de quienes han sufrido un accidente como de los familiares que deben hacerse cargo de sus cuidados. Nuestro equipo de abogados especializados os orientará legalmente a fin de acceder a estas ayudas. Nuestra experiencia es nuestra fortaleza. Adéntrate en algunos de los casos que hemos llevadode manera exitosa.Infórmese de otros servicios que ofrece nuestro despacho
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