En los últimos tiempos, cada vez se ha puesto más de moda el término “phishing” y algunos derivados semejantes, de los que también hablaremos en este artículo. En estos nuevos delitos informáticos, los delincuentes se hacen valer de tretas para conseguir datos personales de usuarios legítimos, acceder a su información bancaria, y así cometer esta estafa informática. Nuestros abogados penalistas te cuentan en este artículo todos los detalles para no caer en la trampa.

¿Qué es el phishing y cómo funciona?

Los delitos de phishing consisten en engañar a las víctimas, para que compartan información privada, como contraseñas, número de cuenta bancaria o número de la tarjeta de crédito. El procedimiento comienza cuando los ciberdelincuentes envían correos electrónicos masivos, con cuentas falsas de entidades bancarias u otras organizaciones, en los que el mensaje está ideado para infundir miedo: se conmina a la víctima a acceder a alguna web dirigida desde ese correo, para aportar datos informáticos, números de cuentas titularidad de la víctima, u otra información, o de lo contrario habrá consecuencias perniciosas para el receptor el e-mail. Puede pedir, por ejemplo, que se efectúe una transferencia bancaria, para evitar el bloqueo de una cuenta.
Si la víctima se lo cree, el delincuente utilizará los datos para arrasar con esa cuenta o incluso los venderá a empresas con oscuras intenciones.

¿Qué significa palabra phishing?

El nombre hace referencia a la palabra “fishing”, que significa pesca, en relación a la labor de “pesca” que hacen los delincuentes. La grafía con “ph” podría estar relacionado con la palabra inglesa “phone”, teléfono, aunque este origen no está claro.

¿Cómo te hacen phishing?

El phishing tradicional comenzó en los años 90 (aunque los orígenes parecen venir de mucho más lejos). Se enviaba un correo electrónico en el que burdamente se hacía pasar por una entidad bancaria, requiriendo por ejemplo verificar el número de cuenta. Si lo dabas, ya eras víctima.
Fue muy famoso el phishing nigeriano o “timo 419”, en referencia al artículo del Código Penal de ese país que se ocupa de ese delito cibernético. Consistía en hacerse pasar por un rico príncipe nigeriano -o de otro país-, que necesitaba una determinada cantidad de dinero para desbloquear una cuenta millonaria. Ha habido miles de variantes de esa estafa, y todavía hoy se reciben en el correo no deseado algunos e-mails de ese tipo.
Actualmente pueden imitar a la Policía, los ayuntamientos de las localidades, Hacienda, la Seguridad Social, bancos, etc., pidiendo información personal para realizar la estafa. Por eso muchas webs avisan con un mensaje del tipo: “nunca te pediremos los datos por SMS o correo electrónico”.
¿Cómo evitar suplantación de identidad phishing?
No es difícil:

¿Cuáles son los phishing más utilizados?

Además de los ya mencionados, existe alguna otra variante: la del mulero bancario, personas que reciben en su cuenta el dinero proveniente de alguna estafa importante, lo cambian de banco, y se quedan una comisión. Sin saberlo, están siendo parte de una red delincuencial que defrauda miles o millones de euros.

¿Qué hacer si eres víctima de phishing?

En primer lugar, no perder la calma. Es importantísimo recabar todas las pruebas posibles, y para ello hay que tener la cabeza fría. Al ser un delito de tipo económico, son esenciales los comprobantes, justificantes, e-mails, mensajes, etc. Debe ponerse una denuncia, ante la Policía o el Juzgado, por lo que es muy aconsejable contar con un abogado penalista desde el minuto uno. En Despacho Toro contamos con los mejores expertos en derecho penal, y la primera visita es gratuita.

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